La elaboración de espumantes es un universo aparte en el mundo del vino. Te contamos las dos variedades típicas que se utilizan como base para realizar esta bebida.
Como ya saben según la zona de plantación es la tipicidad de uva que vamos a tener. Pero más allá de eso los vinos espumosos siguen algunas reglas, por ejemplo, que la cosecha de estos se realiza en los primeros meses de febrero, para tener uva fresca, no tan madura y que aporte equilibrio y acidez. Pero por otro lado, son las tres variedades que mejor se dan en Francia, cuna del Champgne, es por eso que se utilizan estas variedades para replicar en los espumantes.
Las dos variedades típicas base de espumante son:
- Pinot Noir: En términos generales esta uva es extremadamente sensible y muy expresiva de los elementos presentes en su entorno; habla de los lugares en los que crece. Se da muy bien en zonas frías y se caracteriza por su típico color rojizo pálido. Sus bayas poseen piel fina y pocos taninos (antioxidantes), esto permite que el vino tenga el cuerpo medio que mencionamos y pocos taninos. Ahora, no hay que confundirse: a pesar de ser ligero posee sabores intensos, una excelente acidez y persistencia de sensaciones en la boca.


- Chardonnay: Se caracteriza principalmente por su pronta maduración y su gran resistencia y adaptabilidad a diferentes tipos de suelo. Razones que explicarían, entre otras, su amplia expansión geográfica. La uva Chardonnay posee un color amarillo pálido que recuerda a los rayos del sol de su región de origen, Borgoña. Por ello, los vinos elaborados a partir de la variedad Chardonnay guardan la esencia de esta última en forma de reflejos dorados y verdosos. Esta variedad presenta una armonía de aromas frutales, entre los que se pueden apreciar matices cítricos y tropicales como el limón, la pera o la piña. Por último, en lo que a gusto en boca respecta, no tiene una abundante acidez y ofrece sabores dulces que recuerdan a la miel o el caramelo, y que conforman un equilibrio ideal con los matices afrutados.


Ahora sí, habiendo conocido las características de las dos, podemos afirmar qué: al ser uvas de maduración temprana, y siendo que por temas de vinificación los espumantes comienzan su vendimia tempranamente, son las ideales para ser utilizados como base.
Esto no quita que podamos encontrar otras variedades como el chenin blanc, semillón y hasta uvas tintas en la composición de los espumantes!