VINO SIN ALCOHOL: ACCESIBLE A TODOS LOS CONSUMIDORES

El vino sin alcohol es un producto polémico que enfrenta a varios exponentes de la industria vitivinícola. Sin embargo, cada vez más bodegas están mirándolo de cerca.

El objetivo de este tipo de vino es fundamentalmente atraer nuevos clientes y adaptar la industria a un nuevo paradigma de consumo, bajo el cual se eligen productos cada vez más sanos, naturales y sin alcohol. Hay una gran discrepancia entre varios bodegueros que determinan que se trata simplemente de un  jugo de uva sin cuerpo, estructura, ni volumen.  Otras voces  afirman que el vino sin alcohol es mucho más que un jugo de frutas, ya que primero es vino, y luego es sometido a un proceso de “desalcoholización”.

En la suma de virtudes, varios enólogos del rubro coinciden en que es ideal para mujeres embarazadas o en período de lactancia, para personas con trastornos hepáticos y para consumirlo en un almuerzo de trabajo en el que preferimos menos alcohol. Quizás lo más disruptivo del manifiesto es que es una inteligente y anticipada respuesta de la industria a lamentables trastornos de alcoholismo.

Algunos bodegueros explican que se animarían a producir este tipo de vinos ya que las tecnologías de hoy en día permiten desalcoholizar los vinos obteniendo muy buenos resultados.

La dinámica con la que se mueven los nuevos consumidores no desacelera; por el contrario deja de manifiesto que descontracturar el mundo del vino y acercarlo a todos los sectores, sea probablemente  una herramienta más que necesaria para seguir haciendo crecer la industria.

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