La industria del vino apuesta por opciones cada vez más disruptivas con el objetivo de captar la atención de más consumidores. Hoy les contamos sobre una propuesta novedosa que llegó al mercado de la mano de la Bodega Dante Robino.
Ping Vino nació como prueba piloto de 6 meses en Córdoba Capital y alrededores, con pocos puntos de venta (aproximadamente 750). Se trata de un vino cuyo objetivo principal es ofrecer la mejor calidad de vino posible, a un precio accesible, gracias a su envase retornable.


Hace décadas, el mayor consumo de vino en el país se daba en damajuanas, un envase grande y retornable que fue cayendo en ventas con el correr de los años, a partir de la mejora en la calidad de los exponentes locales y de la sofisticación del consumo. En consecuencia, Ping Vino alude a las jarras pingüinos en las que se servía la bebida cuando se compraba en damajuanas retornables.
La propuesta presentó 3 variedades: Red Blend, White Blend y Rosé. En todos los casos se trata vinos fáciles de tomar y de aroma ligero a frutas. Son de carácter corto, o sea, duran poco en boca; lo que los hacen ideales para cualquier ocasión.


El producto puede encontrarse en autoservicios y vinotecas, compitiendo con vinos de entre $170 y $250 pesos. La mecánica implica que el consumidor obtenga la primera botella y luego la cambie con el mismo envase, o por uno de cerveza.
Novedoso, ¿no?